Introducción

Dicen que las mariposas se sirven de sus colores para camuflarse en el entorno... Nuestra mariposa es de colores ocres, tierras y rojizos; los colores que hace más de 100 años inspiraron y cambiaron el estilo de uno de los pintores más universales, Pablo Picasso.

Te proponemos ser esta mariposa. Conoce los colores del paisaje, respira las sensaciones, camina en calma e integra los colores de la Ruta Picasso en tu vida. Durante unos días olvida el mundo de las prisas y revive el paisaje que inspiró al gran maestro. Déjate seducir por olores, colores y sensaciones. Te ayudará un entorno natural de ensueño, el que en 1906 fascinó a Picasso. La ruta te invita a realizar un viaje a tu interior, para descubrir el artista que todos llevamos dentro.

La Ruta Picasso reproduce el trayecto que hizo Pablo Picasso, en la primavera de 1906, desde Guardiola a Gósol –donde se instaló hasta el mes de agosto- y parte del trayecto de su adiós a las tierras bergadanas. El camino recorre una buena parte del Alt Berguedà, incluida dentro del Parque Natural del Cadí-Moixeró, hasta llegar a Bellver de Cerdanya, trayecto que Picasso y su compañera, Fernande Olivier, realizaron acompañados de un arriero y una mula. El recorrido presenta un paisaje cambiante que pasa de las tierras cultivables al roquedal de la Sierra del Cadí y recupera el verde en la planicie sardanesa. Un total de 58 Km., que recomendamos seguir durante cuatro días.

DESCRIPCIÓN:
 

El camino empieza en el monasterio de Sant Llorenç prop Bagà, y conduce al Coll dels Fangassos por un paso impresionante, baja al valle del Saldes, atraviesa el río por una palanca de madera, pasa por Castellot y el Molino de Bosoms, atraviesa el torrente por un puente  y sale a los  Hostalets del camino ral.

Desde aquí el camino pasa cerca de Cal Coix y sube decidido a la iglesia de Sant Julià de Fréixens. Continúa subiendo después, más suavemente, hacia Cal Francesc, deja a un lado la capilla de San Antonio y sale en Cal Susen, a la vista de Maçaners y del Pedraforca, cuya silueta ya no nos abandonará en todo el recorrido.

En Maçaners podremos apagar la sed en la fuente. El camino sigue hacia Molers, pasa por la casa del Sull (de origen medieval), llega al pueblo (donde hay una fuente), continúa por debajo de la Serra de Baix, y sale a la carretera carbonera (una pista de tierra que en los años cuarenta ya había sustituido al camino ral), que conduce al Molino de la Palanca, sobre el Agua Salada.

El camino sube hacia Saldes, atraviesa el pueblo, continúa hacia los barrios de Cardina y el Serrat, atraviesa la carretera de Gósol y toma el antiguo camino ral de Feners y l'Espá.

El camino, restaurado, sube atravesando el risco arcilloso de Coll de la Trapa y baja al torrente a buscar el camino antiguo de Gósol por la umbría. Aquí encontramos un espectacular e impactante paisaje desértico causado por un afloramiento de arcillas erosionadas formando terruños y grietas debido a la ausencia de vegetación. Las tonalidades chillonas, rojizas y ocres y los afloramientos rocosos dominan el paisaje. Parece bastante claro que el Coll de la Trapa inspiró a Picasso, ya que estos son los colores que caracterizan la obra pictórica realizada en Gósol.

Después del Coll el camino pasa por debajo de la carretera actual y atraviesa los pueblos de l' Espà y Sorribes, donde podemos hacer una parada. Desde Sorribes el camino sube al Coll del Cap de la Creu, ya a la vista de Gósol, donde el pintor llegó a finales de mayo de 1906.

Picasso partió doce semanas más tarde por el camino conocido como “el camí dels Segadors”, ya que es el mismo camoni que utilizaban los gosolans para ir a hacer la campaña de la siega a los valles de la Cerdanya durante los veranos.

El camino sale del pueblo de Gósol en dirección norte – siguiendo las marcas amarillas y blancas del PRC 124, hasta pasado el pueblo de Nas – por una subida pedregosa desde donde pronto se domina todo el valle de Gósol y buena parte del curso del rio Aiguadevalls y la Sierra de Ensija; y llega al coll de Font terrers, con la fuente del mismo nombre.

Sigue hacia el Pla del Martí y asciende suavemente hasta encontrar el torrente de la Coma de Caners – de donde sale el camino que sube al Pedraforca por el Verdet-. Aquí el camino empieza a subir por el bosque en algunos tramos empinados que nos llevan a cruzar la sierra de la portella por el Cap de la Portella.

Pasado el coll, el bosque es cada vez más ralo hasta que se convierte en un prado que vamos flanqueando hacia levante con el valle de Cerneres al norte y noroeste. Se pasa por la fuente de la Roca y se llega al Collell. Este puerto es la divisoria de aguas entre el Llobregat, por el valle de Gresolet y el Segre, por el valle de Cerneres.

El camino -ahora pista forestal cerrada en invierno y muy transitada por vehículos en verano- llega hasta el Pla de las Bassotes. El nombre del lugar proviene del abundante número de balsas de agua que se encuentran dispersas por aquí y que siempre tienen más o menos agua y  sirven para abrevar el ganado.

Se abandona la pista para seguir el camino que sube por el llano  en dirección norte y que inicia una ascensión seguida hacia el Prat Toixonés, Costa del Clot dels Moro, El Prat Socarrat hasta alcanzar la cima de la sierra Pedregosa. Aquí  el camino comienza el flanqueo hasta el Clot de Palomar donde un último repecho nos sitúa en el Paso de los Gosolans, entre la cima redondeada del Comabona al este y  la vertiente norte de la sierra del Cadí. Al fondo ya se divisa el refugio Prat d'Aguiló donde se accede por unos apeaderos pedregosos que zigzaguean por la cara norte de la sierra.

Desde el refugio, el camino baja por una pista concurrida-sobre todo en verano-hasta el coll del Home Mort donde el camino recupera antiguos caminos enlazados hacia las Eras, la Mala Terra y las Planes d’Heures, para llegar a los pueblos de Nas y Pi, ya en el valle-desde un poco antes de llegar a Pi, el camino está señalizado con las marcas rojas y blancas del GR 150 hasta Talló-. En este último pueblo, la antigua herrería se ha convertido en un pequeño centro de interpretación, autovisitable, donde se puede ver cómo se trabaja el hierro en tiempos pretéritos. Y, quién sabe si el mismo Picasso hizo parada para reparar alguna herradura dañada de los caballos que les habían llevado a atravesar el Cadí!. Desde aquí el camino llega a Talló y Bellver, punto final de la ruta.