Viajero desde
2/16/2012
Nick: VIAJEXAFRICA |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: Pablo Zapata
Este relato es parte de las primeras experiencias de un viaje por el continente africano que viene cargando la mochila desde Octubre de 2009. En nuestro blog oficial: www.viajeporafrica.blogspot.com pueden encontrar algo así como 150 relatos que abarcan hasta el momento alrededor de quince países y las aventuras de un viaje que próximamente se hará extensible hacia una buena parte de Asia.
Esperamos les guste y nos visiten y nos ayuden con su lectura a los dos mil quilombos en los que nos metimos para atravesar África casi totalmente a dedo, de sur a norte, en toda su extensión. Gracias por leer, difundir y desde ya que los estamos esperamos. Salud!
Port St. Johns es la mejor mezcla que vi de lo mejor del cielo con lo mejor del infierno. Viendo que usé tres veces la palabra mejor en la misma frase, supongo que es el mejor lugar que pisé. Me corrigen acá y me dicen que hable en plural... que pisamos.
De día, es el dibujito del paraíso sin Adán y Eva en bolas y sin manzanas prohibidas: verde, montañas, ríos, océano, aire puro y mucha paz. De noche, aparecen las mujeres hermosas y un Sodoma gigante que abre más o menos a las 20.00 horas y que se termina cuando no queda nadie.
Se puede ver al diablo echando más leña al fuego, más tekila en los vasos, y poniendo un trance extremadamente estimulador para que no pares de menear, menear, menear, menear... Si usted no se quiere perder en la perdición, recomendamos una temprana huída a la camucha, y al otro día no habrá sentido nada, ya que el lugar es tan amplio que se puede estar en el estado que uno quiera y no enterarse de lo que pasa alrededor.
Es increíble el balance entre el bien y el mal que se maneja en este hermoso parador del Transkei, y como diría un amigo rubio en posteriores tekilas: "este lugar está muy bien logrado",
Amapondo nos recibió con los brazos abiertos, y como primer regalo de nuestro anfitrión, Tim, nos invitaron a quedarnos gratis por un tiempo indefinido, hecho que motivó el primer: "no te la puedo creer" de los mil quinientos que repetimos durante nuestra estadía. En eso aparece Ani, esposa de nuestro benefactor, irradiando belleza, sonrisa y buen humor, a decirnos que cada mañana podemos tomar sesiones de yoga con ella, gratis y al frente del mar o en la colina más próxima. Nunca hice yoga en mi vida Ani, pero ya que sos un ángel y tenés tanta onda... “O.K. Ani, thank you, for sure we will come”.
Todavía estábamos buscando la forma de gastar la plata cuando apareció Clint, un loco de unos 32 años de edad, ex heroinómano, adicción por la cual había tenido un infarto y perdido la movilidad en el brazo derecho, a contarnos ésta historia, y decirnos que se había venido a vivir para siempre a este lugar, no sólo para no recaer nunca más en la droguita, sino que también para hacer de guía hacia las reservas más cercanas, todos los días después de las sesiones de yoga. Y adivinen que?...Gratis también.
Como le pasó a un amigo mío, apenas te levantas, te podés encontrar también con Toto o con Stevie, dos negros divinos que trabajan en el lugar en tareas varias y desparramando toneles de onda, que al ritmo de la frase que más utilizan los negros acá: more fire, se prenden no uno, sino dos tronchos que no solamente son tronchos, sino que son ricos y además te convidan... no vaya a ser que tengas una mañana estresada. Ah! me olvida de comentarlo: es gratis también.
Luego de quedar tirando patadas voladoras por la primer hora y sin saber si tomar un café o empezar a gritar: ¡¡¡La puta que vale la pena estar vivo!!! se te puede cruzar por delante una rubia rasta de 40 años que se puede llamar Tania, que al paso que viene hacia vos vas viendo como se raja la tierra levemente y se te traban las primeras palabras. Ahí decís “¿para que fumé? si ya sé que quedo muy loco tan temprano”. La pregunta pierde el sentido cuando te das cuenta que la piba se fumó cuatro más que vos y todo se vuelve paz, armonía, belleza y tranquilidad. Armate otro Cacho! sí armate otro... ya fue, ya está... después vemos.
No vaya a ser que se te cruce Angus a regalarte un jugo que sobró, o Kate a ponerle energía y buena onda a la mañana de todos, en todos los idiomas. No vaya a ser que te cruces con Simon, el mejor artesano que hayas conocido, o con Claire, la más hippie de las hippies, o con Dean que vende crónico y que también lo regala, o con Shane con su aura magnánima, sentado, sin hacer nada, sonriendo.
Y por sobre todas las cosas y sólo para nombrar a quienes pueden ser considerados "de la casa", que no te vaya a pasar que además de que te den todo gratis, te traten infinitamente bien, y conozcas a todos los del párrafo anterior, te cruces con STEVE.
STEVE se escribe con mayúsculas, más aún cuando decide no sé porque motivo, apadrinarte y guiarte por toda tu estadía en Port St. Johns, cuidarte y mostrarte los detalles y las cosas que por uno mismo llevarían mucho más tiempo de ver. STEVE llega con un free pass bajo el brazo de las puertas del Edén rockero, en el que todos nos queremos quedar a pasar la eternidad. Algo así como un San Pedro, pero no tan careta y exigente, y con un toque más de onda.
Decía que no te pase porque la estadía que planeaste por tres días se puede convertir en una de doce, y si tenés que trabajar, las cosas se pueden poner un poco dificultosas y lentas. Nosotros todavía estamos tratando de encontrar la solución a ésta ecuación de tercer grado, y para resolverla, nos vamos a una playa que está a escasos 200 metros del lugar, a tocar el agua que nos dijeron que está calentita, y a ver si es cierto que hay tantos tiburones. En el medio nos venden langosta y mejillones que por lo que cuestan, diría que son gratis también.
En fin... Bienvenidos ustedes también al mejor parque de diversiones para adultos, bienvenidos a la Wild Coast y bienvenidos a Port St. Johns y Amapondo Backpacker's. Enjoy and More fire!.
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