Viajero desde
4/19/2010
Nick: JOAQUIM |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: Joaquim
Día 29
Hoy es día de despedidas en casa. Mi esposa y yo nos vamos al sur de Francia con unos amigos y mis hijos se van a Nueva York también con unos amigos.
Alex y Rosa nos pasan a buscar sobre las 8 de la mañana. Iremos los cuatro en su coche.
La primera parada fue en la frontera en el área de servicio Porta Catalana para desayunar. Después directos a Cotlliure. Sobre las 11 aproximadamente ya estábamos allí. Pudimos dejar el coche en un aparcamiento justo al lado de la playa. Alex explica que la última vez que vinieron ellos tuvieron que dejar el coche en la misma carretera a la entrada del pueblo. Eso era en verano. Ahora no había mucha gente. La primera visita fue al cementerio a la tumba de Antonio Machado. Es evidente que eso es lo que le ha dado fama al pueblo. Es un cementerio bastante pequeño que además no tiene muchas indicaciones para llegar a él. Pero si alguien va a Cotlliure es visita obligada. La tumba donde está Machado y su madre es muy sencilla y es la primera que te encuentras en el suelo cuando entras. Además hay una bandera republicana y muchas muestras de respeto y recuerdo en forma de ofrendas (algunas curiosas), destacando algunas placas de colegios e institutos españoles. La visita no da para más a menos que uno tenga interés en los cementerios.
A continuación no dirigimos a la zona del puerto que está allí mismo y por pura casualidad pudimos ver unos ejercicios militares que consistían en hacer volcar unas lanchas neumáticas con soldados a bordo y después volverlas a enderezar y subirse. Los soldados debían pasar mucho frío porque la ropa que llevaban era la normal. En medio de todo esto Alex se va aponer el ticket del aparcamiento porque nos habíamos olvidado de hacerlo y ya esperábamos encontrar una multa pero no fue así. Nada más volver Alex le dice a su mujer Rosa que no encuentra la cartera. En un instante pasamos todos de un estado relajado a un gran nerviosismo. No habíamos empezado como quién dice el viaje y aparecía un contratiempo muy importante. Alex y Rosa vaciaron sus bolsas pero no apareció la cartera. Volvemos al coche por si se había quedado allí, pero tampoco aparece. Rosa está dispuesta a anular las tarjetas de crédito pero cuando se acerca al coche ve la cartera. Se había caído al salir. Vuelve la calma.
Aunque no pudimos estar mucho tiempo nos gustaron la zona del puerto y las callejuelas de los alrededores. Desde Cotlliure nos fuimos hacia Carcassonne y en una hora y pico ya estábamos allí. El Tom Tom nos llevó perfectamente a nuestro hotel, el Terminus, que está al lado del canal de midi y de la estación del tren. Es un hotel muy antiguo pero su belleza original se ve muy mermada por la falta de conservación. Es un hotel limpio pero para nuestro gusto le falta mucha conservación en el mobiliario y la fachada. Además para ser un tres estrellas en el baño sólo encuentras dos sobrecitos de gel-champú y una pastilla pequeña de jabón. El buffet del desayuno es "normalito" pero no el de un tres estrellas español.
Otro detalle curioso es que estando tan cerca de España casi ningún empleado del hotel habla bien español. Una vez descargadas las maletas y de muchas vueltas con el coche pudimos aparcar al lado del canal. Circular en Carcassonne para una persona que no es de allí es complicado porque la distribución de las calles hace que te veas obligado a dar muchas vueltas y pierdas las referencias de los lugares por los que has pasado. Recurrir al Tom Tom es una buena solución. Se nos hizo un poco tarde y decidimos ir a comer y aquí empezó una de las cosas que menos nos gustó de esta ciudad y es que aunque hay tiendas y restaurantes muchos estaban cerrados o cerraban pronto. Además la zona "comercial" estaba como muerta (tiendas cerradas y sin gente por la calle) y eso se repitió al día siguiente. No nos resulto una ciudad agradable y atractiva.
Después de comer unos bocadillos fuimos a visitar la Cité. Está situada en un pequeño promontorio al que se puede acceder andando sin ninguna dificultad por "le pont Vieux" aunque también se puede acceder por otro puente. Si se desea se puede subir en coche porque hay muchos aparcamientos de pago. La Cité es una construcción interesante de ver pero en su interior hay muchísimos comercios turísticos que le quitan encanto. Hay hasta hoteles en el interior. Además aquí pasa lo mismo que en la ciudad que los cierran muy pronto, las 6 o las 7 h. De los comercios recomendaría una tienda de galletas y caramelos llamada " La Cure Gourmande". Aunque hay mucha más oferta.
Como el día no acompañaba para pasear y además a dónde íbamos a "esas horas" nos fuimos hacia el hotel y al cabo de un rato buscamos un sitio para cenar y por casualidad descubrimos una pizzería que se llama "L'Italia" que está junto al canal y detrás de nuestro hotel. Fue un hallazgo que se lo recomiendo a cualquier persona que viaje a Carcassonne. Lo mejor la calidad , la cantidad y sobre todo el trato. El propietario es un italiano muy simpático y atento que tiene el detalle de pasar por todas las mesas para interesarse por los clientes. Después de una sobremesa un poco larga nos fuimos a dormir, eso sí después de tomar un buen vaso de agua con gas que había comprado Alex para ayudar a digerir la cena.
Día 30
El despertador suena a las 7'30 h. Está lloviendo. Ducha y a desayunar. Como ya he dicho el desayuno "normalito". Nos vamos a un pueblo llamado Alet-les-Bains. Merece una visita por su abadía ( ruinas), su estructura medieval y sus aguas termales que por cierto no pudimos ver.
Saliendo de Alet-las-Bains fuimos hacia el castillo de Puivert pero como estaba lloviendo y el camino de subida estaba mal y es muy empinado preferimos seguir hacia Foix. Teníamos la intención de visitar el castillo que por cierto impresiona por su ubicación en medio de la ciudad pero los martes estaba cerrado.
Fuimos a comer y nos dirigimos hacia Limoux pasando por Mirapoix.
Una vez en Limoux visitamos una empresa de vinos del tipo Blanquette que es típico de la zona. Es una especie de vino espumoso que en sus variedades semi-seco y dulce son excesivamente dulce para nuestros gustos. Nos quedamos el brut. Alex y Rosa también se quedaron una botellas.
Después fuimos a una fabrica de productos del pato que estaba cerca y compramos algunos de sus productos entre ellos la típica "cassoulet" que por lo que vi eran judías secas con pato y algo de cerdo.
De vuelta a Carcassonne pasamos por la Cité porque queríamos comprar unas galletas y después de vuelta al hotel. Como no era hora de cenar decidimos pasear un rato y el ambiente fue el mismo que el día anterior o sea casi todo cerrado y casi nadie en la calle. Volvimos a la misma pizzería a cenar ya que le noche anterior el propietario nos había recomendado la pasta y la lasaña y fuimos a comprobar si era verdad. Y lo era. Una lasaña estupenda y delante una ensalada enorme para compartir. Además nos invita a "grappa" y "limoncello". Vamos a dormir.
Día 31
Hoy es día de regreso, pero como no tenemos prisa decidimos pasar por Narbonne. Visitamos la zona de los alrededores de la catedral (al menos en esta ciudad había más vida que en Carcassonne). Nuestro próximo destino era Ceret pero decidimos comer en un bar de carretera.
Cuando estábamos cerca de Ceret vimos que el tiempo se ponía mal y decidimos no parar ya hasta casa.
Me despido con una dedicatoria a nuestro amigo Alex: "Hasta la pronta"