Viajero desde
11/14/2008
Nick: SPB |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: SALVADOR DE PEDRO BUENDIA
En verdad, no se concibe una visita a Roma sin pasar por la Ciudad del Vaticano.
Este minúsculo estado, sin fronteras ni aduanas visibles, inserto actualmente en el noroeste de Roma, es el compendio de mucha historia de la ciudad y sigue siendo la capital de todo el mundo católico.
Omito menciones al tiempo en que los pontífices eran no solamente obispos de Roma sino los príncipes, los gobernantes de la ciudad, hasta que Napoleón, en tiempos de Pío IX, desposeyó a la Iglesia Católica y a los pontífices de su poder temporal,
Unos amigos españoles con los que pasamos cerca de la piazza San Pietro, me preguntaron dónde estaba la frontera entre Italia y el Vaticano. Cuando les respondí que era invisible, que no había signos de ella, se sorprendieron y prometieron indagar más sobre ello.
Pero el Vaticano importa menos como estado soberano que como lugar sito en Roma que alberga extraordinarios tesoros artísticos, una biblioteca importantísima (una maravilla) y una historia apasionante.
Desde que el visitante se sitúa en la vía de la Conciliazione y enfrenta la plaza de San Pedro, hasta que se llega a ella, la admiración va creciendo, porque el panorama es extraordinario, con la basílica al fondo de la plaza y la columnata de Bernini como abrazándola.
Voy a prescindir de erudiciones, remitiendo como siempre al lector a la abundante información que hallará en Internet, y simplemente comentar algunos detalles de nuestra visita que pudieran resultar interesantes.
Adelanto que visitar el Vaticano con un mínimo detenimiento requiere como al menos una semana, sin entrar en grandes detalles, por lo que el lector comprenderá lo superficialmente que visitamos algunas de sus partes, ya que dedicamos una tarde y una mañana.
La tarde del día 30 de diciembre las colas para entrar en la Basílica de San Pedro eran razonables hacia mediodía, y solamente hubimos de esperar sobre unos 35 minutos.
Una vez en el interior de la Basílica, sorprende inicialmente su grandeza, pero después nos pareció más pequeña de lo que creíamos, ya que estamos acostumbrados a verla mucho por la televisión, que agranda panorámicas y perspectivas.
Desde la Pietá de Miguel Ángel, pasando por los diversos altares de los santos, y la capilla de las confesiones, y el altar mayor, etcétera, todo llama nuestra atención.
La visita a la cúpula la desistimos porque había esperas de casi dos horas, y optamos por bajar a las tumbas de los papas, que es un lugar austero, en el que se hallan sepultados los más recientes pontífices (la de Juan Pablo II lógicamente es la más concurrida) y algunos otros pontífices y cardenales de tiempos anteriores. Es comprensible su austeridad y no deja de llamar la atención la devoción, a veces rayana en el fetichismo, que se aprecia en algunos de los visitantes.
Relegamos para el día 1º de enero la visita a más partes del Vaticano, y ello fue tamaño error porque nos quedamos sin poder entrar en la Capilla Sixtina y en los museos vaticanos, cerrados en ese día – bueno, a lo mejor eso motiva otro nuevo viaje— por lo que visitamos “lo posible”.
Diré, antes que nada, que nos desplazamos al Vaticano en esta ocasión en metro desde el Coliseo, y aunque era festivo, comprobamos mucha afluencia de gente, que se incrementaba según nos acercábamos a la estación cercana a la plaza de San Pedro.
En ella, apenas si se podía entrar y salir, y la via de acceso hasta el Vaticano estaba tan concurrida que había que caminar haciendo ”eses”, de tantos grupos de gentes que se dirigían a la plaza.
Nos percatamos entonces de que probablemente se debería tanta muchedumbre al rezo del Ángelus por el Papa, especialmente en el día 1º de Año, aunque la misa solemne habría debido celebrarse a las 10’30 horas.
Y en efecto, llegamos a la plaza unos diez minutos antes del mediodía, observando que estaba llena al 75 por 100 y que casi todas las miradas se dirigían a la segunda ventana por la derecha del tercer piso de la residencia del Pontífice.
Dos o tres minutos antes del mediodía, se abrió la ventana y se colocó una colgadura y un atril, y apareció, allá arriba y a lo lejos, la diminuta figura del Papa, que ampliaban dos grandes pantallas de televisión situadas en la columnata.
Hubo gritos, cánticos, banderas, y el Papa rezó el Ángelus, hizo un breve comentario sobre la paz en el mundo y saludó a diversos grupos presentes en la plaza, en seis o siete idiomas, siendo contestado con vítores y aplausos.
Ceremonia entrañable e interesante incluso para el no creyente.
Terminado el rezo, que duró unos 12 ó 14 minutos, se despidió el Papa y se cerró la ventana, aunque continuaron los cánticos y comenzaron los desfiles de dos o tres bandas de música italianas, de jóvenes, que portaban y volteaban palios (banderas).
Una hora después, la plaza se había vaciado lo suficiente como para hacer las últimas fotos y comentar entre nosotros que había que volver con más tiempo para pormenorizar lo necesario.
Y el día de Año Nuevo tuvimos la suerte de completarlo paseando, pese a una menuda lluvia, desde los jardines de villa Borghese hasta la piazza del Popolo y de allí a la piazza di Spagna, y caracoleando por las callejas que acercan desde dicha plaza a la vía Corso, aunque deteniéndonos a almorzar en la conocida pizzería La Grotta, en la que degustamos unas pizzas y uno spaghetti deliciosos, visionando el espectáculo que siempre constituye ver al pizzero o pizzaiolo elaborar la masa, lanzándola al aire.
Ello y un buen vino chianti fueron una buena despedida de Roma, porque el día siguiente, por la mañanita temprano, tomamos el coche para desplazarnos hasta Marsella, donde haríamos noche, no sin detenernos antes en los alrededores de Firenze, para comprar café italiano –muy bueno y más barato que en España--, algunos quesos y una pieza de mortadela, que nos resultaron deliciosos.
Y, en fin, éste fue, a grandes rasgos, nuestro periplo con el principio y fin de año en Italia.
Recomiendo a quien sea viajero aproveche de él lo interesante, que en mi opinión es todo, porque vale la pena…
Para mayor información gráfica se recomienda este link de fotos: http://family.webshots.com/album/569766149FColkP
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