Viajero desde
11/14/2008
Nick: SPB |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: SALVADOR DE PEDRO BUENDIA
Siempre que puedo, especialmente en domingo, tomo el coche y me voy a algún lugar de la Comunidad Valenciana, a conocer o pasear por algún paraje pintoresco, con pasisajes y no mala comida.
La última ocasión ha sido llegar hasta el pico de Penyagolosa, en el Maestrazgo, provincia de Castellón, el más alto pico de la Comunidad Valenciana.
Aproveché para ello un domingo especialmente soleado y con una visibilidad de 8/10, de manera que compensase el recorido.
Para ir a Penyagolosa, desde Valencia (y lo mismo cabe decir desde Castellón) hay que situarse en la carretera CV-15, y después la CV-170, por Vall d'Alba, La Pelejaneta, subiendo el puertoo del Collao ó Coll de La Bassa, no especilamente difícil, para llegar en Atzeneta del Maestrat, una población situada antre montañas, que brinda la posibilidad de un buen almuerzo, con sabroso embutido y buenas carnes, y que es la antesala del acceso a Penyagolosa.
Hay que llegar a Vistabella del Maestrat, después de pasar el Port del Vidre, ya a una altitud de 1070 metros. Esta población, situada en las faldas de Penyagolosa, cuenta con una iglesia parroquial notable, del siglo XVII, de fachada neoclásica interesante, y en ella hay algún restaurante que permite una buena comida.
No obstante, lo mejor es seguir camino hasta San Juan de Penyagolosa, a unos 6 ó 7 kilómetros, siempre por carretera asfaltada en buenas condiciones, llegando al antiguo Monasterio del mismo nombre, en el que se halla una antigua iglesia bastante bien conservada y una hospedería con algunas habitaciones de cuidado aceptable y otras para excursionistas. Se puede tomar un menú abundante, aunque algo caro: 14 Euros.
Lo más interesante es caminar con tranquilidad (la señalización es muy completa) hasta llegar a la base del pico Penyagolosa, en medio de bonitos bosques y pinares, en lo que se emplea entre 1 y 2 horas para llegar. También es posible hacer el trayecto en bicicleta.
No pretendo hacer aquí una glosa literaria del paraje, aunque sí indicar que el itinerario hasta Penyagolosa resulta muy interesante por los bellos pueblos que se hallan, por la belleza de los paisajes de montaña, y por el placer de respirar --casi emborracharse-- del aire puro y exultante de oxigenación, que mima los pulmones de una placentera sensación de bienestar.
Volveré sobre el tema. Y desde luego, volveré a estos lugares.Vale la pena.