Viajero desde
8/21/2008
Nick: DESINQUIETO |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: Desinquieto
Partiendo de Valencia teníamos claro un par de puntos en Europa, Mont Saint Michel, Los Castillos de Loira, Brujas, Los Castillos de Baviera, Venecia, Florencia y la Toscana, Pisa, La Costa Azul y Andorra ... vaya que si lo hicimos. Mas fotos e info en www.desinquieto.com
Toda historia empieza un buen día y la nuestra comenzó un sábado 31 de Mayo de 2008. Cogimos un vuelo desde Tenerife a Valencia destino en el cual nos esperaba al día siguiente la caravana y en vez de irnos a dormir el hotel nos fuimos a dar una vuelta y sacarle un par de fotos a la ciudad e las Artes y de las Ciencias. Cuando nos levantamos el Domingo habíamos quedado con el dueño de la caravana para su entrega a eso de las 12:00 lo cual era una buena hora para darnos tiempo de preparar las cosas y adelantar camino hacia Francia. La Caravana está espectacular, está prevista para dos personas, es un poco más pequeña que las habituales lo cual te permite llegar a sitios donde las otras no caben. Muy buen estado y muy buen trato por parte de la empresa de alquiler, recomendable y es muy probable que repitamos con esta empresa. Ac-llar.
Hicimos noche en Tudela, donde los cogollos, ya sabéis, e hicimos la compra de comida y demás utensilios en un hipermercado. Una vez colocado todo, ya estábamos listos para emprender la aventura más grande a la que nos habíamos enfrentado. Nos dirigimos a la frontera de Francia a través de Navarra, preciosos paisajes donde los haya, numerosas obras eso sí, pero preciosos paisajes.
Las Áreas de Descanso serán tu refugio, si no quieres estar pagando alojamientos en Campings, porque si no el presupuesto se dispara, las mejores Áreas están en las Autovías de Peaje, una pena pero si te lo planteas como nosotros lo hicimos, te resulta barato y encima duermes tranquilo. Por la mañana nos salíamos de la Autovía de Peaje e íbamos a visitar lo planeado pero al atardecer tratábamos de localizar una Autovía de Peaje en la ruta y nos metíamos y pasábamos allí la noche, es decir, que si íbamos a Mont Saint Michel y luego queríamos ir a Loira, si nos entreteníamos por carreteras secundarias no llegábamos a tiempo a la siguiente mañana al destino, y además en los Peajes nos llegamos a ahorrar hasta 6 horas en un trayecto de 12, es decir, tardábamos la mitad con el consiguiente ahorro de combustible.
Según entramos en Francia cogimos una Autovía en la que recorrimos unos 400 km aproximadamente, e incluso hicimos noche en ella, como recompensa al día siguiente a las 10:00 de la mañana estábamos ante la abadía de Mont Saint Michel, una auténtica maravilla, impresiona según te vas acercando, primero ves el pico más alto a lo lejos entre las casas del pueblo más cercano y cuando sales a la costa y lo ves de repente en todo su tamaño, de verdad, se te ponen los pelos de punta. Una vez que llegas caes a la realidad del turismo y das cuenta que cuesta aparcar la Auto 8 € y 8 € por persona si quieres entrar en la Abadía. Pero no os asustéis la Abadía es sólo una pequeña parte del complejo que podéis ver en las fotos, de hecho, no entramos en la Abadía (no nos van las religiones), lo que si te das cuenta enseguida es que está totalmente orientado al turismo y te abruma tanta gente y tanto ventorrillo vendiendo souvenirs.
Al mediodía no dirigimos a los Castillos que rodean el río Loira, increíble zona, preciosa, te pasas unos 80 km o más, realmente no me acuerdo, por una carretera que acompaña el río y de camino vas viendo a un lado y a otro los castillos y torres de la zona, están contabilizados según tengo entendido más de 100 castillos. Lo único que no nos gustó es que al margen del río se ven muchos campamentos de gitanos, no se si son rumanos o españoles pero no te da mucha tranquilidad para acampar a los márgenes del río. Lo dicho, nos pasamos desde las 13:00 hasta las 19:00 recorriendo esta zona y luego a una autovía de peaje a avanzar hacia Brujas y a dormir de camino.
Al día siguiente nos quedaba por delante bastantes kilómetros para llegar a nuestro siguiente destino y como era uno de nuestros destinos claves, queríamos llegar con tiempo suficiente para poder disfrutar con calma, así que continuamos por la autovía de peaje y llegamos a Brujas sobre las 16:00 de la tarde, almorzamos tranquilamente, y nos dimos una primera vuelta por Brujas para saber donde queríamos ir al día siguiente y plantear las visitas. Mas tarde cuando anocheció, a eso de las 11:00, increíble las 10:30 de la noche y dándote el sol en la cara, y para colmo a las 04:00 de la madrugada ya es de día, con lo que si te levantas a las 07:00 y piensas que has madrugado, lo llevas claro, hay un sol como el de las 11:00 de la mañana en España (para que os hagáis una idea). Sin embargo debido a la zona de este país no hace calor aunque brille el sol. Para no llenar este ventana mucho os sigo contando dentro como os iba contando, esa misma noche no resistimos la tentación de ver Brujas de noche, nos habían comentado que es bonita de noche, pero en realidad, lo único bonito es la plaza y poco más de resto no está iluminado, me explico, iluminada la ciudad está pero como cualquier otra ciudad, no hay luces destacando mucho la verdad, pero así y todo tiene su encanto, eso si ¡hace un frío que pela! como podéis ver en una de las fotos donde se nos ve con las narices rojas como tomates del frío y es que somos de Canarias y como que el frío no va con nosotros. No queremos ser exagerados pero como poco habían más 25 tiendas que vendían artículos relacionados con el chocolate belga (os pongo fotos de las más céntricas), y eso que sólo recorrimos el casco histórico de la ciudad, es impresionante terminas cansado del olor a chocolate os lo dice un adicto al chocolate, es mucho. La ciudad en si es un sueño hecho realidad todo limpísimo y peatonal el 90 % del casco con lo cual es muy relajante, eso si, llegamos un miércoles y estuvimos allí también el jueves, pero según dicen los fines de semana es mejor evitarlos de tanta gente que se acumula y es que no hay mucho sitio donde dejar el vehículo, todo el mundo va en bici y tienen preferencia ¡increíble! y además la gente de los coches están concienciados, una estampa muy bonita de ver. No os asustéis con el precio del chocolate solo es fijarse porque hay muchas diferencias de una tienda a otra y es que la mayoría ves como están haciendo los bombones al fondo de la misma, son artesanos, que más quieres. Por cierto, están de muerte. Por último, en Brujas se usa el tema de los negocios con lavadora y secadora automática, genial era lo que buscábamos, 3 € la lavadora y 0,50 € la secadora, y toda la ropa limpia de nuevo, lo que nos ahorramos de lavar a mano.
Según nos alejamos de Bélgica nos encontramos con el mal tiempo y las tormentas, pero si nos cayó hasta granizo, con eso os digo todo, teníamos la idea de ver los castillos de la zona de Baviera y sólo vimos dos, el de Neuschwanstein (el que inspiró a Walt Disney para crear el castillo de Blancanieves) y el de Hohenschwangau, es decir, el castillo de los padres de Luis II y el que se hizo construir en la montaña justo enfrente y que no vio terminado en vida, de hecho en la gran parte de las estancias del castillo no hay nada, están sin terminar. La verdad es que valen la pena visitarlos, pero claro con el mal tiempo que hacía los pudimos apreciar por dentro, por fuera como se verá en las fotos veíamos una forma fantasmagórica entre la niebla, una pena la verdad. De dentro de los castillos no tenemos imágenes puesto que está prohibido y te acompaña unos guías con lo que no estás solo en ningún momento para hacerte el loco y sacar alguna que otra. La visita de estos dos castillos se puede hacer en un día, pero no penséis que vais a hacer en ese día mucho más la visita a cada castillo dura apenas 30 minuto pero te dan número para visitar uno a las 11:30 y otro la 13:00 (llegamos a las 10:30), ah y las entradas cuestan unos 40 € aprox. por persona para los dos castillos, al castillo de Neuschwanstein se puede ir caminando (unos 25 minutos en subida) o coger una guagua (autobús) por unos 2 € por persona y tarda unos 10 minutos en llegar y con lo que estaba cayendo era preferible. Ah, por cierto hay que pagar para dejar el coche, sólo hay aparcamientos pagos unos 7 € para las autocaravanas un poco menos para los coches. Después de gastarnos todo este dinero y tiempo y viendo como estaba la lluvia decidimos irnos de Baviera porque no íbamos a ver muchos más castillos con lo que estaba cayendo e ir hacia Venecia con más calma.
Después de unas 5 horas en autovía de peaje para poder llegar a tiempo al camping de Venecia Fusina que cerraba a las 11:00, y llegamos todo un record, dejamos atrás Alemania y atravesamos Austria visto y no visto, menudo aguacero. Este camping es el más recomendado por todo el mundo y después de visitarlo puedo decir lo mismo, genial, muy buenas instalaciones todo por 36 € y tienen el servicio del barco que te lleva a Venecia en sólo media hora 5 € por persona ida y vuelta y puedes ir y volver cuando quieras. Venecia era otro de nuestros grandes objetivos, siempre hemos querido visitarla antes de que se hunda, cosa que esperamos que nos pase, pero por si acaso. La sensación que da nada más llegar es que está descuidada, se está cayendo a trozos, normal veníamos de ver Brujas, pero aún así tiene un encanto especial, resuma historia y leyenda por todos lados. Todo te sorprende porque es como otro mundo no hay coches, no hay calles, no hay semáforos, no es una ciudad al uso. Si se te ocurre la genial idea de ser un romántico empedernido e invitar a tu pareja a subir a una góndola prepara 100 €, que fue lo que nos pidieron a nosotros, todavía estoy corriendo y encima mi mujer dice que soy un agarrado, para evitar esto os doy un consejo, de repente os mareáis con los barcos. Para los amantes de las cosas artesanales y el arte en si, la ciudad es una maravilla y para tu mujer como le guste ir de tiendas, comprar ropa y bolsos está perdido, los precios son la ostia pero claro, ver cada cosa que aquí no se ve. Pese a la presencia muy recomendable la visita y comer allí no es tan caro como dicen, todo depende donde te metas, no seas garrulo y te sientes en un bar de la Plaza de San Marcos. Al salir de Venecia decidimos no coger autovías de peaje puesto que el trayecto de Venecia a Florencia se puede hacer en unas 4 ó 5 horas por carreteras secundarías. Pasamos por Bolonia pero nos seguía un temporal de agua y granizo y decidimos no bajarnos puesto que no íbamos a disfrutar de la ciudad. Nos dedicamos a perdernos por las carreteras italianas, comimos en una tractoría en medio de ninguna parte, si nos preguntan no sabemos donde era, pero la pasta estaba de muerte y barato, ya que no era en ninguna ciudad.
Llegamos a Florencia, nosotros dos, la caravana y la tormenta, menudo palo de agua. Como podéis ver en las fotos, el camping parecía mas una zona de barro de un trial 4x4. Sin ser por el tiempo, el camping estaba muy bien en pleno centro de Florencia a unos 100 metros de La Piaza de Michel Angelo (Camping Michelangelo), no es tan bueno como el de Venecia pero un aparcamiento a 10 minutos a pie del Puente Vecchio, vale su peso en oro. La ciudad es una ciudad al uso, por lo menos a mi no me gustó, demasiado tráfico, demasiada locura, no puedes sacar unas fotos tranquilo, ni sacarlas decentemente, porque está todo edificado y no hay grandes plazas que te permitan sacar una panorámica del Duomo ni del Campanile. De resto tuvimos suerte, puesto que al día siguiente ya no estaba lloviendo y pudimos disfrutar de la visita.
Ese mismo día sobre las 11:00 de la mañana salimos de Florencia y nos metimos de lleno en la Toscana y descubrimos dos pequeñas maravillas que no teníamos en mente visitar en un principio, que son Siena y San Giminiano. Esta zona tiene su fama más que merecida, preciosa. Cuando llegamos a Siena la ciudad de leyenda de la loba que alimentó a Rómulo y Remo habíamos dejado atrás la tormenta y nos dedicamos a relajarnos paseando por las calles peatonales de esta hermosa ciudad, tomarnos unos Capuchinos y probar el Pan Forte, pero ojo, no lo pidáis en la famosa Plaza del Campo, 11 € por dos Capuchinos y unos trozos de Pan Forte. Después de maravillarnos con el Duomo, el más impresionante y bonito de toda Italia, nos dimos cuenta de que estábamos más perdidos que Wally. Tuvimos que comprar un mapa e improvisar por donde volver a la "auto" puesto que no hay una sola entrada, hay como unas 8 entradas y la ciudad es más grande de lo que parece en un principio, gracias a las fotos un amable dependiente nos dijo por donde entramos a la ciudad y como volver. Una vez situados volvió a empezar a llover, la tormenta nos había encontrado, menos mal que teníamos el paraguas encima. Una vez que llegamos a la "auto" nos fuimos camino de San Giminiano, otro gran descubrimiento. Según llegamos se oían los truenos de la tormenta a lo lejos pero estaba haciendo sol, hicimos todo un record, en una hora entramos y salimos de este pueblo y para cuando llegamos a la "auto" ya estaba la tormenta sobre nosotros. Estuvimos luego un par de horas de ruta y acampamos en medio del monte de la Toscana al lado de una pequeña iglesia, idílico, esa noche descargó la tormenta todo su fuerza pero al día siguiente como siempre pasó de largo y amaneció el tiempo fantástico.
Después de un buen desayuno y dos horas de camino llegamos a Pisa, otra de las visitas que queríamos hacer, antes de que se cayera la famosa torre, ¡es una broma!. Impresiona verla lo inclinada que está, de resto no descubrimos gran cosa, sólo un montón de gente sacándose la foto aguantando la torre, ah! y un kilometro de puestos vendiendo souvenirs, horroroso, agobiante.
Partimos de Pisa cogiendo una autovía de peaje que abandonamos antes de llegar a San Remo para empezar nuestro pequeño periplo por la Costa Azul. Lo que más nos impresionó nada más pisar la zona fue la ingente cantidad de motos, miles de ellas aparcadas y otras tantas circulando, en definitiva, no es un sitio para meterse con la "auto", pero como nosotros no teníamos prisa, no nos importó en absoluto. Al llegar a Mónaco, buscamos Le Casine y nos metimos de lleno en las calles que conforman el circuito de Fórmula 1 de Montecarlo, e incluso me atrevo a decir que hicimos mejor tiempo que Fernando Alonso, puesto que este año en la curva de la Rascas se empotró con Hetfield.
De camino a Montpelier te encuentras con inmensas fincas de viñas, zona de vino y el champagne, increíbles vistas, como demuestran las fotos, lo único que me queda pena es la cámara de foto que se nos quedó corta, para otro viaje tendríamos que comprar una cámara mejor. Ah! por cierto, nos abandonó la tormenta, una pena le estábamos cogiendo cariño y hasta Sonia se animó y cogió la "auto" durante unos buenos kilómetros.
Antes de volver a Valencia nos faltaba un punto clave en nuestro viaje, desviarnos a Andorra y visitar las tiendas de motos y aprovecharnos de sus precios, y eso hicimos. De camino vimos unos paisajes preciosos y unos pueblos encantadores. Consejo: para el que vaya de viaje y pueda pasar de camino por Andorra, que aproveche porque nosotros nos compramos dos cascos para la moto (Nolan 103) por prácticamente la misma cantidad que nos hubiera costado uno solo. Para el que quiera saber nos costó cada uno 235 €, todo un chollo.
Como íbamos bien de tiempo se nos ocurrió la genial idea de ir a Sort a comprar lotería de navidad y así de camino ver la bruja de oro y todo el tinglado que se tiene montado el dueño, digno de ver, en serio, pedazo tienda de merchandising de la bruja de oro. Nuestro gozo en un pozo, porque nuestro tuvo lugar en Junio y hasta el 15 de Julio no se ponen a la venta, información que supe de primera mano de una de las chicas de la administración, ¡que chasco! después de recorrer un montón de kilómetros por carreteras secundarias, que estaban hechas para ir en moto y no en una autocaravana. Normal, había señales que así lo indicaban, cuando hicimos recuento de los números de lotería que hacían falta para llevar a nuestros familiares nos dimos cuenta que eran trece números, nos pasamos trece días de vacaciones, Sonia se puso una camiseta amarilla en un pueblo llamado Sort (Suerte) y le cagó una paloma en dicho pueblo y ya puestos queríamos el número trece. ¡Ilusos!, algo tenía que salir mal.
En resumen y para terminar, trece días en autocaravana por media Europa, unos 6000 kilómetros recorridos, ocho países visitados, nueve ciudades claves visitadas en el viejo continente, unos 1100 € en gasoil, no se cuantos en peajes, 312 horas junto a Sonia y no me canso, y un montón de experiencias, sensaciones, sabores, imágenes, tentaciones, sentimientos y en definitiva recuerdos para todo un año, sólo hasta la próxima aventura.
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