Viajero desde
4/23/2007
Nick: MURPHY |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: murphy
Hola viajeros, os voy a contar un poquito nuestra primera experiencia viajera a Italia, y más en concreto a la ciudad de Roma. Pues eso, andiamo..
El viaje nos lo organizó nuestra empresa, gracias desde aquí a mis jefes, y fuimos aproximadamente unas 50 personas en este primer grupo.
La duración fue de un fin de semana, volamos el viernes tarde desde Valencia y el vuelo de vuelta fue a última hora de la tarde del domingo. Aunque pueda parecer poco tiempo, la verdad, si lo aprovechas al máximo puedes recorrerte el 80% de los sitios más importantes de la ciudad.
Después de una corta espera en el aeropuerto de Valencia, ya es raro, partimos hacia Roma en un viaje de menos de dos horas, se nos hizo bastante ameno ya que gran parte del Boeing era nuestro, y os podéis imaginar la algarabía, como si fuésemos chiquillos. Muy pocas veces se da la casualidad de que te pagan un viaje a algún sitio, y había que disfrutarlo al máximo. xD
Llegamos a Roma sobre las 22:00h, y como nuestro hotel estaba a 20 minutos en coche de la ciudad, preferimos quedarnos en el hotel tomando algo y cogiendo fuerzas para el intenso sábado que nos esperaba.
Ya en sábado, toque de campana a las 7:30h, desayuno popular en el hotel de media hora, y para el autobús que nos esperaba en la puerta.
Nos dejaron arriba de la Plaza de España, en la escalinata de la iglesia de la Trinidad en el Monte Pincio, donde nos esperaba nuestro guía Paolo, que por cierto era un poco sosito. Nos dieron a todos unos de esos pinganillos inalámbricos, para ir oyendo lo que nos decía el guía, que como os digo, apenas hablaba, en fin, íbamos en fila siguiendo la banderita del guía, cual jauría de giris en procesión.
Hicimos una primera ruta a pie por la parte más céntrica de Roma, callejeando, desde la Piazza di Spagna, pasando por la Fontana di Trevi y la plaza Navona, llegando al Panteón.
Cosas a destacar de los monumentos:
Piazza di Spagna, es una de las plazas más famosas de Roma y en ella se encuentra la embajada española ante la Santa Sede, que da nombre a la plaza, la sede de la Orden de Malta y la conocida escalinata que sube hasta la iglesia de Trinità dei Monti y la barroca Fontana della Barcaccia.
La Fontana di Trevi, la fuente está situada en el cruce de tres calles (tre vie), marcando el punto final del Aqua Virgo (Acqua Vergine), uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma. En el 19 a. C., supuestamente con la ayuda de una Virgen, los técnicos romanos localizaron una fuente de agua pura a sólo 22 km de la ciudad (escena representada en la actual fachada de la fuente).
Es una bonita fuente para hacerte unas fotitos, que por cierto estaba a rebosar, se dice como leyenda ( a mi me parece un negocio ), que tienes que ponerte de espaldas y echar una moneda, con lo cual volverás de nuevo a Roma. Mi pareja ha vuelto, yo aún estoy esperando volver, se ve que mi moneda era falsa, o bien la tire fuera de la fuente, aún no se que ocurrió.. Por cierto, hay una heladería justo delante de la Fontana, que hace unos helados…, que a las 9 de la mañana parece que no, pero entran que ni os cuento. Mi pareja se comio 2, si, ella es así.
La Plaza Navona, una lástima, porque estaba totalmente en obras, algo normal en Roma, no pudimos ver todo su esplendor, pero nos quedó la recompensa de disfrutar de un inmenso mercadillo que había montado alrededor de toda la plaza.
El Panteón, impresionante, ya desde fuera, nada más verlo, piensas como narices lo harían, pero es que cuando entras, te quedas impresionado de la altura interior de tamaña edificación. Es un templo circular construido a comienzos del Imperio romano dedicado a todos los dioses y la construcción se le atribuye a Marco Vipsanio. En la ciudad se le conoce como La Rotonda que hace honor a la plaza en la que se halla. Está llena de frescos, puestos en el siglo XV y el más notable es el de La Anunciación de Melozzo da Forlì, colocado en la primera capilla a la derecha de la entrada.
Como anécdota decir que existe un libro de firmas, para todo aquel que quiere dejar la huella de su paso, en el cual no tardamos ni un minuto en plasmar nuestras firmas. Por cierto, si te paras a leer lo que ponen, por un lado es gracioso y por otro lamentable. Se dedican a poner de todo, incluso había una quiniela de la liga italiana escrita en una de las hojas, en fin.
Hasta aquí, fue nuestra visita guiada del sábado por la mañana. A partir de entonces, nos fuimos por libre, con otra pareja nada desdeñable como era mi jefe y su novia, J.
Como eran sobre las 12:30h de la tarde, aún teníamos tiempo para ver más cosas y como no, para hacer hambre fuimos a ver El Coliseo Romano, IM-PRESIONANTE!!. Es digno de ver, la verdad, y aunque nos costó una leña entrar, y un rato de cola, merece la pena visitarlo.
El Coliseo (Colosseum en latín) es un gran anfiteatro de la época del Imperio Romano, construido en el siglo I en el centro de la ciudad de Roma y bajo jurisdicción de la Ciudad del Vaticano, por su procedencia ligada al catolicismo. Originalmente era denominado Anfiteatro Flavio (Amphitheatrum Flavium), en honor a la Dinastía Flavia de emperadores que lo construyó, y pasó a ser llamado Colosseum por una gran estatua ubicada junto a él, el Coloso de Nerón, no conservada actualmente. Por sus características arquitectónicas, estado de conservación e historia, el Coliseo es uno de los monumentos más famosos de la antigüedad clásica. Aunque la estructura está seriamente dañada debido a los terremotos y los picapedreros, el Coliseo siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial y es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura romana. Es una de las atracciones turísticas más populares de la moderna Roma.
En la antigüedad poseía un aforo para 50.000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad. En el Coliseo tenían lugar luchas de gladiadores y espectáculos públicos.
Después de la visita y el agotamiento, fuimos en busca de algún sitio donde comer, encontramos una trattoria al lado del coliseo, donde nos comimos, para ser diferentes, una pizzas al forno di pietra, que estaba muy muy ricas, casi como las de Telepizza, y nos costaron un precio muy razonable, nada caras.
Después de comer, y para aprovechar las últimas horas de luz, nos dimos una vuelta por todo los que es el antiguo foro romano. Una pasada, recorrer todo aquello fue maravilloso, te sientes transportado a otra época. Era el foro de la ciudad de Roma, es decir, la zona central en torno a la que se desarrolló la antigua ciudad y en la que tenían lugar el comercio, los negocios, la prostitución, la religión y la administración de justicia.
Ya de noche, sólo nos quedaba ir a buscar algún sitio donde tomarnos algo y esperar a la hora de la cena, y como no, lo encontramos, la zona del Trastevere, ubicado en la ribera oeste del Tíber, al sur de la Ciudad del Vaticano. Es una zona repleta de pubs y restaurantes, con muchísima gente tanto de Roma como extranjeros. Yo que soy de Valencia, me recordó mucho, tanto por el ambiente como por la arquitectura, a la zona del Carmen.
Entre tantos sitios, elegimos el que más lleno estaba, y aprovechando, nos vimos el futbol, Milan-Juventus. Cenamos, por muy buen precio, todo comida italiana, macarrones “pennes” y lasaña, todo muy bueno, la verdad es que sí. Y nos trataron genial, me dió la sensación que los españoles caíamos bien, igual era el cansancio. J
Nos quedamos hasta bien entrada la madrugada de pub en pub, que por cierto, no se puede fumar en ningún sitio público, y en las puertas de los garitos se concentraba la gente, dando la casualidad que todos éramos españoles, que viciosos. Después de cerrar 5 pubs, nos fuimos para el hotel en taxi, a descansar . He de decir, que en Roma, supongo que será extensible a toda Italia, se conduce fatal, muy rápido, y sin respetar nada en absoluto. Nosotros vimos 4 accidentes en 2 días, y parecía de lo más normal por allí. OJO cuando crucéis las calle, mirar bien, y prepararos para correr.
Ya el domingo, con el cansancio acumulado, nos fuimos a la Ciudad del Vaticano, pequeña, pero muy muy intensa y orientada al turismo. La única pega, es que por la organización del viaje, no pudimos ver la Capilla Sixtina, cerraban los domingos, y era verla el sábado o ver todo lo demás. Espero, que aquella moneda falsa que tiré en La fontana di Trevi, me vuelva a llevar a Roma, y pueda ver la Capilla, dicen que es espectacular.
En lugar de la capilla, vimos la Iglesia de San Pietro, que también he de decirlo era una pasada, grandísima y muy bonita. Lo más curioso, es que cuanto más pagas más acceso tienes por dentro, y nosotros subimos a la cúpula, que si llegas, tiene unas vistas de la ciudad increíbles.
Un consejo, si os atrevéis a subir, tener en cuenta, que es bastante angustiosa, tienes que subir por dentro de la cúpula bordeándola medio agachado, y por escaleras de caracol con cuerdas. Cansa mucho, y a veces cuesta respirar, eso sí, si te da un “yuyu” no vas a poder tirar para atrás, es imposible, va toda la gente haciendo la conga, y lo mejor es que cuando crees que vas a morir en el intento, y dices, NO, por mis co… que llego, subes arriba, y nada más salir al aire libre, te pone un cartel que reza: LA SUBIDA NO ES APTA PARA LOS QUE SUFREN DEL CORAZÓN O TIENE PROBLEMAS CARDIACOS. Será posible, ya podían decirlo bajo, no?.
En fin, las vistas son alucinantes, os pongo unas fotitos, se ve toda Roma, y la casa donde vive el Papa. Es una pasada de vistas. La bajada es por el otro lado, por el mismo camino, pero se hace mucho más amena.
Ya para terminar nuestra visita, compramos unos souvenirs, comimos otra vez pizza, y nos fuimos para el aeropuerto.
Por fin, en casa. Ha valido mucho la pena, y sin duda, rezo por aquella moneda, para poder volver a ROMA. Preciosa ciudad y mágnificos recuerdos.
Saludos, viajeros.
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