Viajero desde
12/05/2007
Nick: CHASQUI |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: Eduardo Villarreal Aliaga
Era la primera vez que visitaría Ayacucho, siempre escuche a mucha gente hablar de tan bello pueblo en la sierra peruana, la ciudad de la iglesias me decían, empero tenía que estar allí para respirar ese aire serrano que tanto anhelaba desde mucho tiempo atrás.
Desde Lima toma ocho horas en bus aproximadamente llegar hasta Huamanga, capital del departamento de Ayacucho, un viaje cómodo y relativamente corto si se compara con otras ciudades de la sierra sur. Arribe temprano, de pronto ya sentía ese frio típico de los andes que se siente hasta los huesos donde se puede ver el aliento mismo, sin embargo la emoción de pisar suelo Ayacuchano me hacia olvidar el frío, decidi caminar hacia el centro desde el terminal, a estas horas de la mañana las calles aún estan vacias, salvo algunas canastas de pan y emolienteros que la adornan; todo era silencio, cuando de pronto avisoré la gran plaza de armas, bella y esplendorosa, quedé cautivado.
El recorrido dentro de la ciudad me tomó un dia completo, asi es que estaba preparado para entrevistarme con el Maestro textil Alfonso Sulca.
No fue fácil llegar hasta él, la gente solo me comento que en el barrio de Santa Ana podria ubicarlo. asi es que eso hize, solo después de una hora logré ubicar su tienda donde expone sus trabajos para todo aquel que decida llevarse una gran obra de arte a su casa.Empero en su local, no estaba, un muchacho muy amable, me enseño su casa-taller y me fui a su encuentro.
Como todo gran artista, Alfonso Sulca Chávez, Huamanguino de nacimiento, posee una personalidad avasalladora a prueba de balas, enseguida me ofrece pasar a su taller para mostrarme su trabajo. No le gusta que lo llamen artesano, se considera un artista del tejido ayacuchano, poseedor de un talento innato y puro heredado de su gran maestro y Padre, Ambrosio Sulca(Premio Nacional de Gran Maestro 1994).
Alfonso Sulca, es miembro de la segunda generacíon en su familia de artistas populares de la textilería que dominan la técnica del Punto Arwi. Me cuenta con emoción y nostalgia los años transcurridos en su natal Huamanga, en aquellas épocas en donde la insanía del terrorismo se apoderó de Ayacucho, solo su arte pudo salvar a su familia y ayudar a muchas otras. Eran tiempos difíciles donde no la gente no tenía que comer, pero yo les enseñaba a tejer de eso, sacaban para su comida, me comenta.
Mucho de los trabajos que el maestro realiza son realidades plasmadas en la tela, de aquellos momentos, sueños y esperanzas que no se agotaron ni olvidaron por el terror, mas bien se mantuvieron vivos, como el cielo azul de su pueblo. Tapices que hablan de la fortaleza, dolor y anhelo del pueblo ayacuchano, aplicando simbología de la concepción andina producto de sus vivencias. Tambien se inspira para componer canciones y poemas decicados a la gente que ama. Todo este fino trabajo es elaborado en lana de Alpaca y Oveja y teñidos con pigmentos vegetales.
Desde hace más de 40 años que el maestro Alfonso Sulca trabaja en este arte, lleva consigo el orgullo de haber expuesto sus trabajos en las principales galerías de arte de Europa y Estados Unidos, en dichos lugares su creatividad es bien apreciada y valorada, lástima que en nuestro país conoscamos poco de este arte. La familia Sulca tiene otro personaje por el cual sentirse orgulloso, Edwin Sulca, maestro del arte textil, es miembro de la tercera generación de artistas, nieto de Don Ambrosio Sulca, posee tambien todo el talento que lo hace recibir merecidos elogios del extranjero. Con mucho orgullo me comenta que viajará nuevamente a Francia a exponer sus trabajos, que estan catalogados como obras maestras.
Viajero si decide viajar a la ciudad de Ayacucho, no olvide visitar el barrio de Santa Ana, y llevarse estas obras de arte a su casa, y si tiene suerte encontrará a estos maestros sentados en su silla tejiendo su próxima realidad.
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