Viajero desde
19/04/2007
Nick: JB |
Viajar es despegarte de tu mundo por un tiempo.
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Escribe el relato: JB
PARQUE NACIONAL POSETS-MALADETA (Benásque)
Salimos de Benasque hacia el Plan de Hospital, en una mañana muy soleada, cuando se cruza la cascada de Remuñe, podemos ya empezar a buscar un lugar donde dejar el coche. Al otro lado se encuentra bien señalizada la entrada al valle. Y ¡Hala ¡ a subir. (1.790m, 0 -horas).
Ascendemos entre un bosquecillo que ocupa la ribera izquierda del valle, es una senda preciosa, plantaría una tienda y me quedaría a vivir aquí. Seguimos ascendiendo y después de atravesar una canchalera descendemos un poco hasta tocar el río y lo seguimos hasta su nacimiento, por una senda muy evidente, llegando al primer covacha de Remuñe (2.070 1 h.) al que podemos acceder cruzando un puente de madera (que ya veremos cuanta vida le queda), seguimos avanzando siguiendo el río , y llegamos al segundo covacho a la derecha del camino (2.200 m. 1,30 h), aquí podemos seguir hacia el ibon superior (2.712 m. 3,15 h) por un incómodo y tortuoso terreno que requiere fuertes piernas , o volver cruzando la Vigueta de Remuñe (girando a la izquierda) para buscar los dos ibones de Remuñe que se encuentran bajo las tucas de Lliterola , y volver por ellos hasta el primer covacho desde donde , cruzando el puente de madera volveremos sobre nuestros pasos (aprovecharemos la sombra del covacho para comer).
La visión que tenemos, mientras comemos, es maravillosa, la pradera verde, llena de lirios de todos los colores, el río discurriendo lentamente entre las rocas, las marmotas curiosas mirándonos y las montañas que nos rodean , escurriendo las aguas del deshielo de la nieve que aún queda en sus cumbres, formando a su vez cientos de torrentes que verdaderamente impresionan.
Después de comer volvemos a ponernos las mochilas y tranquilamente descendemos hacia el coche (50 minutos) saboreando la estupenda excursión que hemos realizado en uno de los más bonitos valles de Benasque. Y para rematar nos fuimos al hotel Turpi, y en su terraza al sol de poniente nos hicimos sendos pacharanes con mucho hielo, para relajar nuestras cansadas piernas, (jé, jé).
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