En los últimos años la notoriedad de la Ruta Jardín ha aumentado considerablemente, siendo uno de los tramos de costa más bellos y con más encanto a la que la gente recurre para su viaje a Sudáfrica.

El comienzo de la ruta es complicado de precisar, ya que la ruta en sí, son únicamente 200 kilómetros, desde Mossel Bay en el Oeste, hasta Storms River, justo al pasar el Tsitsikamma National Forest. Lo curioso, es que si se conduce desde Ciudad del Cabo, el trayecto es prácticamente el doble.

Lo que se puede considerar como el primer tramo de la ruta, pasa por la zona de los viñedos del Cabo, Cape Winelands, donde uno puede comprobar el porqué de la fama de los vinos sudafricanos.

Hermanus también forma parte de este primer tramo, una preciosa villa (casi ciudad) mundialmente conocida por acoger ballenas. También hay que incluir Swellendam, realmente merece la pena visitar por su arquitectura clásica holandesa del Cabo.

Desviándonos un poco, se puede visitar uno de los cabos con mayor historia del mundo, el Cabo de Agulhas, el verdadero y auténtico punto más al sur del continente africano, además de ser el lugar en el que el Océano Atlántico e Índico conectan. Por tanto, una vez en el Cabo de Agulhas, para encontrar tierra hay que llegar hasta la Antártida.

Se dice que es uno de los recorridos costeros más hermosos del mundo, plagado de majestuosos acantilados y playas con el Océano Índico de fondo. Además, si nos adentramos hacia el interior hay multitud de montañas rodeadas de densos bosques.

El Atlántico es realmente frío, en cambio el Índico es más bien cálido. A pesar de ello, es un océano que en la mayoría de lugares es mejor para surfear que para nadar. Pero para buscar playas “de fotografía”, lo mejor es subir un poco más al norte, hasta el reino de KwaZulu Natal.   

En cuanto a lo que la Ruta Jardín como tal se refiere, hemos de indicar que en los últimos años ha adquirido muchísima reputación a nivel internacional, pero la historia viene de lejos.

El origen de la Ruta Jardín como paraíso de vacaciones proviene de hace ya muchos años, en los que la población blanca sudafricana que vivía en el interior del país, zona más seca y caliente, decidió utilizar la Ruta Jardín como destino para hacer sus escapadas navideñas. Así, de esta forma, podían disfrutar de lugares junto al mar, digamos, más fresquitos.

Algunos de los puntos más interesantes, denominados como las joyas de las Ruta Jardín son Wilderness, Natures Valley, Plettenberg Bay y Knsyna. Dada la longitud del recorrido y, ya que tiene tanto que ofrecer, la forma más recurrida de disfrutar de la ruta es la de conduciendo uno mismo. Es, sin duda, el modo más natural de descubrir cada uno de los rincones y de respirar la libertad y la magia de una de las regiones más bellas de Sudáfrica.