Bañada por el Mar Mediterráneo, la Historia de Barcelona tiene sus orígenes en el neolítico. Desde entonces importantes pueblos se han asentados en esta urbe. Cartagineses, romanos o visigodos han hecho crecer estas tierras. 

Una serie de condes, siempre bajo el dominio de algún rey francés o castellano, se encargaron de gobernar la localidad y las comarcas adyacentes; de ahí, su apelativo de Ciudad Condal. 

La Ciudad Condal reúne todo lo que una localidad moderna debe aportar a sus habitantes. Ambiente, múltiples actividades y espectáculos, paseos y diferentes culturas. Todo ello le dan magia y un color propio.

Se necesita mucho tiempo para caminar por Barcelona. Aunque siempre hay que tener un hueco para pasear por Las Ramblas, y desembocar en el Puerto. Todo un festival visual, gracias a los artistas callejeros que muestran ahí sus dotes o a los puestos en los que se pueden comprar animales y flores. 

A lo largo de esta vía se puede parar en el Teatro de El Liceo, el Mercado de La Boquería y el Palacio de la Virreina. 

La calle parte desde la Plaza Catalunya, donde dar de comer a las palomas cuenta con un atractivo particular. La Plaza de España también tiene su encanto, gracias a una de las fuentes más espectaculares de Europa, por el juego entre el agua y la luz. 

En este el lugar se pueden observar las dos torres venecianas, antes de marchar, por Las Ramblas,  al pintoresco Barrio Gótico. Lo forman calles estrechas repletas de comercios y gente peculiar. Allí te puedes cruzar con personas de todo tipo de razas y religiones, y la decoración de los comercios es una pasada.

La genialidad del arquitecto Antonio Gaudí, se respira en todos los rincones de la Ciudad Condal. Barcelona emana modernismo, en sus vías y en sus plazas; puede considerarse una cuna de este estilo. 

Dos obras del artista sobresalen por su grandeza. La Sagrada Familia, que abandera a la capital catalana en todo el planeta, y es el monumento más visitado de España y el Parque Güell, espacio que ocupa 17 hectáreas, en las que se levantan construcciones características del artista. Dos lugares, sin duda, que visitar.

Se dice que quien bebe agua en la Fuente de Canaletas, situada al principio de las Ramblas, está “condenado” a regresar a la Ciudad Condal. En un día es imposible abarcarla entera, aunque en ese tiempo sí que podemos ver y vivir lo necesario para no olvidarla nunca, así que seguro que volveremos para verla entera.

La jornada ha sido espectacular, pero también larga y agotadora, por eso una gran opción es ir al Barrio del Born, para tomar un aperitivo y una cena diferente. 

     

Y es que el Born, cuando las tiendas cierran y las luces de las farolas se encienden, cambia por completo. Se convierte en un lugar bohemio, con encanto, y con artistas y modelos que salen vestidos a la última. Fantástico lugar donde acabar la visita.

Y ahora a dormir a nuestro apartamento, que mañana nos vamos a Londres.

Hemos llegado a Londres, después de un rápido vuelo, y hace un sol espectacular, empezamos bien.

La capital británica alberga innumerables atracciones antiguas y modernas, desde el London Eye a la National Gallery,  pasando por su famosa Torre de Londres. Con entrada gratis, en muchas de las principales atracciones, no hay mejor ciudad en la que empaparse de algo de cultura.

Hemos venido a patear Londres en un día, por lo que nos ponemos las zapatillas, y hale, a caminar.

Nos encontramos paseando por la ribera del Támesis, y verdaderamente que esto es impresionante. No es como se ve en las películas, y estamos encantados.

Nos subimos a una noria, la más alta del mundo, y desde El London Eye, así se llama, tenemos a Londres a nuestros pies y vemos casi todos los puntos más representativos de la ciudad.

Descendemos, un poquito acongojados, y volvemos a pisar tierra. Seguimos deambulando y pasamos por delante de La Tate Modern, Museo Nacional de Arte Moderno, en esta galería se exponen importantes cuadros y se muestran obras de arte contemporáneo. 

Nos vamos cruzando con gente muy variopinta y multirracial, creo que hay pocos ingleses, y nos vamos a visitar el Soho, donde nos tomamos unas pintas en el Dog and Duck, el Dog  proporciona todo el ambiente que cabe esperar de un pub inglés.

Seguimos pateando y vamos viendo lugares muy interesantes; La Abadía de Westminster, el Big Ben, el Palacio de Buckingham, la Torre de Londres, Trafalgar Square, etc.etc. Y acabamos reventados.

  

Nos acercamos al acogedor apartamento que hemos alquilado para refrescarenos un poco, y nos vamos a cenar.

Decidimos cenar prontito y vamos al Fish Club, en él puedes elegir lo que más te guste de la captura diaria de las costas de la Isla de Mersey.
 
Pide que te hagan tu pescado favorito a la brasa, ahumado, al horno o frito en sartén, acompañado de patatas fritas o en puré, o si lo prefirieres, de patatas dulces fritas, y claro acompañado de una buena cerveza.

Queríamos ver uno de los múltiples espectáculos que se ofrecen en Londres, durante todo el año, pero estamos muy cansados, otra vez será.

En fin, un buen día, tomamos unos chupitos para hacer la digestión, y nos vamos a dormir, mañana volvemos a Valencia.

Fantástico viaje, que seguro volveremos a repetir, pero con más tiempo.

Un saludo viajeros.