RUTA CIRCULAR POR ORDESA
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Partimos el domingo día 17 hacia las 15h de la tarde con dirección a Torla (Huesca). Llegamos a la barrera del parque a las 19h pasadas, como era el último día del servicio de autobuses, pensamos que nos dejarían pasar con el coche. Pero no fue así, de modo que dejamos el coche unos cientos de metros antes de la barrera aparcado y nos fuimos andando por la carretera hasta la casa Oliván.
Allí ya se nos hizo de noche y nos adentramos en el bosque con los frontales encendidos, dirección a las clavijas de Carriata. Nuestra idea era la de hacer el primer vivac (pasar la noche) en la caseta que hay al salir del bosque, pero nos la encontramos ocupada por dos escaladores; de modo que seguimos camino arriba en busca de un lugar donde poder preparar el vivac.
Tras cruzar el río que baja del circo de Carriata, encontramos una roca plana donde pasaríamos la noche. Nos llevamos un par de sustos, ya que llovío en dos ocasiones durante 5 minutos y pensamos que tendríamos que volver abajo; pero al final despejó la noche.
Al día siguiente, subimos por el paso de la Fajeta evitando las clavijas, ya que con la mochila que llevábamos no nos iba a resultar muy cómodo el paso. Después de pasar el circo con unas trepaditas, bonitas vistas hacia el Tozal de Mallo. Seguimos camino de Aguas Tuertas, donde vimos la primera marmota.
Una vez en Aguas Tuertas, el paraje era insólito, un precioso río serpenteante entre verdes praderas. De allí hacía los Llanos de Salarons y subir al collado blanco por una canal que nos hizo sudar. Cuando llegamos al Collado Blanco nos llevamos una gran sorpresa, ya que vimos que todo estaba nevado; algo que haría cambiar nuestros planes iniciales. De allí nos dirigimos con dirección al Dedo por un terreno caótico de rocas anaranjadas.
Poco antes del Dedo llegamos a un paso complicado, de piedras descompuestas con una buena capa de nieve que apenas nos dejaba avanzar nada a cada paso. Fue uno de los peores momentos, ya que podíamos tener un resbalón en cualquier momento. En el Dedo un descanso, teníamos pensado ir al Taillón desde allí, pero tenía mucha nieve y como hacía sol, pensamos que sería mejor dejarlo para el día siguiente porque habría menos. De modo que nos dirigimos a la Brecha de Roland y allí preparamos el segundo vivac en la cara sur de la misma. La noche fue preciosa, un cielo lleno de estrellas y menos de cero grados, aunque dormimos en camiseta, ya que los sacos nos aportaban una buena temperatura.
A la mañana siguiente iniciamos el camino hacia el Taillón, pero tuvimos que suspender los planes porque el camino estaba lleno de hielo y no teníamos crampones. Total que volvimos hacia atrás y nos dirigimos hacia el Paso de Los Sarrios, para ver si podíamos hacer algo por allí, pero imposible. Entonces decidimos bajar a cotas más bajas y dejando la cueva de Casteret a nuestra izquierda, nos dirigimos a la cima del Descargador.
Esta fue la única cima que pudimos hacer, de 2627 metros; pero aunque no sea famosa; resulta de gran interés por la panorámica que tiene sobre todos los tresmiles de Ordesa. Después cruzaríamos la plana de San Ferlús y los Llanos de Millaris, donde vimos unas cuantas marmotas más; luego un fácil destrepe y en poco tiempo llegamos al refugio de Goriz. Allí comimos tranquilamente, un plato de pasta y otro de arroz. Nos llevamos una buena sorpresa al ver llegar a una veintena de militares, y más tarde al bajar nos cruzaríamos con otros ochenta por lo menos. Nos contaron que habían comenzado en la pradera de Ordesa y que tenían que llegar a Jaca en 7 días con una mochila de 35 kilos a cuestas.
En Goriz también tuvimos la ocasión de ver al helicóptero que traía los víveres en acción. Tras un largo descanso, nos dirigimos al circo de Soaso, y en lugar de bajar por las clavijas, fuimos por el sendero alternativo que hay.
Una vista a la cascada de Cola de Caballo y nos fuimos en busca del lugar de nuestro tercer vivac. Queríamos dormir en una chabola situada antes de las Gradas de Soaso, pero nos la encontramos ocupada; así que seguimos adelante. Unas fotos en las Gradas (bonitas cascadas en forma de escalones) y poco después de éllas encontramos otra chabola vacía, pero el problema era que estaba llena de hormigas. Tuvimos que seguir adelante y nos adentramos en el bosque de hayas, ya estaba anocheciendo; pero tuvimos suerte y nos encontramos una tercera chabola, donde prepararíamos el último vivac.
Cuando estábamos dormidos, me desperté al escuchar un ruido cerca de la chabola; pensando que sería algún bicho en busca de comida, metí un ruido para ahuyentarlo "- xisssssttt!!" Cual fue mi sorpresa al escuchar de repente un asustadizo "-Hello..." Entonces pensando que nos tomaban el pelo, grité "-¿Quién anda ahí?" y me volvieron a responder con un femenino y asustadizo "-Hello..." Encendí el frontal y ví como una sombra se escondía detrás de un árbol; me parecía una situación algo ridícula, y no se me ocurrió otra cosa entonces que decir "-Hello" con mi acento a la vasca.
Entonces salieron una pareja de unos 50 años de entre los árboles, y nos explicaron en inglés que eran Holandeses y que se les había hecho de noche y no sabían encontrar el camino. Me dijeron a ver si nos sobraba un frontal, pero solo les pude ofrecer un mechero, les dije que si no les valía que volvieran para dormir con nosotros (tonto de mí..). Total, que en dos minutos volvieron diciendo que el mechero no valía y que tenían miedo (la mujer estaba casi llorando). De modo que les tuvimos que hacer hueco en la caseta que en verdad era para solo 2 personas, y les tuve que dejar mi funda de vivac para que tuvieran algo con lo que taparse. Se pasaron la noche moviéndose y sonándoles las tripas, de modo que no nos dejaron dormir nada.
A eso de las 7h del miércoles, ellos se marcharon dándonos las gracias y yo le dije a Aimar que nos podíamos quedar una hora más dormiendo para recuperar el sueño. Pero tuvimos tan mala suerte que al de un cuarto de hora se escuchó parar un todoterreno junto a la chabola: "- Hola, buenos días, servicio de Guardas Forestales. Deben de levantarse ustedes si no quieren que les multemos, ya que solo se puede pernoctar hasta el amanecer", a lo que tuve que contestar "-Ahora mismo nos vamos,sin ningún problema"; que remedio nos quedaba sino...
Así pués, emprendimos la marcha denuevo, para pasar por la pradera de Ordesa primero y luego recordar nuestro primer día en Ordesa al ver la figura del Tozal. Una caminata hasta el coche y allí terminó nuestra aventura.
A la vuelta paramos en Tiermas, en Yesa, para refrescarnos los pies. Aquí es costumbre cubrirse el cuerpo de barro y una vez secado, bañarse en el agua caliente entre los restos de un viejo balneario.
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