DESCENSO DE CAÑONES |
BARRANQUISMO
Los cañones, esas cicatrices del terreno a menudo salvajes e inhóspitas, guardan auténticos retos tan exigentes o más, como los de cualquier otra disciplina de montaña. La necesidad de conocer el entorno en el que se practica y de manejar la técnica, se han de aliar con la prudencia a la hora de entrar en el cauce de un barranco y descenderlo con nuestros propios medios.
La actividad del descenso de cañones, al igual que cualquier otro deporte de montaña, requiere una planificación previa. Es aconsejable tener todo el planning listo uno o dos días antes de salir y siempre habiendo contemplado algunaopción alternativa, en caso de que algún factor se tuerza y resulte imposible seguir con el primer plan.
El primer paso a realizar, antes de organizar una salida de cañones, sería adecuar el recorrido a la forma física del practicante y a su nivel técnico, no al revés. De ésta forma siempre elegiremos el cañón asequible a la persona que menos nivel presenta.
Una vez dicho esto, lo primero que haremos será conocer el tipo de cañón que vamos a realizar, es decir, si va a tratarse de un barranco seco o con poco caudal, o de un cañón muy acuático.
Generalmente, el nivel técnico de un cañón no solo lo marca la propia geomorfología (número de rápeles, altura de estos, pasos complicados, etc.) sino el caudal, y los movimientos de agua que se forman a raíz de su fluir, a través de o contra diferentes obstáculos, (bloques, árboles, sifones, paredes, etc.).
Confirmar accesos y retorno con un mapa de la zona, antes del descenso, así como marcar los posibles escapes que posea el cañón y la dificultad de estos.
Tener presente los horarios (acceso, descenso y retorno), conforme al grupo y el nivel de este.
Contar también con que, un cambio imprevisto en la meteorología, puede entorpecer el avance hasta llegar a hacerlo peligroso.
Tanto la información meteorológica como la configuración geomorfológica del cañón, así como nuestros conocimientos en hidrología aplicada a los barrancos, serán de gran utilidad una vez estemos realizando la actividad.
Casi en paralelo debe realizarse la elección del material que acarrearemos a nuestras espaldas. Debemos ser comedidos y no llevar más material del necesario, aunque existen unos mínimos que sí debemos llevar:
- Casco homologado: de los que se usan en escalada.
- Traje de neopreno: aislamiento térmico de nuestro cuerpo.
- Guantes: evita rozaduras y cortes.
- Descensor: el ocho clásico.
- Cabos de anclaje: para nuestra seguridad.
- Mosquetón de seguro HMS: para rapelar.
- Mosquetón de freno: controla los descensos.
- Calzado: para proteger pies y tobillos.
- Silbato: para comunicarse.
- Navaja: cortar cuerdas.
- Mochila: específica, para descenso de cañones.
- Bidón estanco: para proteger nuestras pertenencias.
- Botiquín: primeros auxilios.
- Brújula y mapa de orientación: de nuestra ruta.
- Otros: manta térmica, frontal acuático, pilas, mechero, hornillo, gafas de buceo, ropa térmica, alimentación, bolsa de basura, etc.
PROTOCOLOS DE SEGURIDAD PERSONAL
Son protocolos que todo barranquista debería hacer, de forma inconsciente, dentro de un cañón.
PROTOCOLO DE RÁPEL
- Anclarse a la instalación para montar el rápel, tener una visión clara del obstáculo, comprender como sortearlo de la mejor forma posible y segura, se consciente de todo.
- Montar la cuerda en el ocho o descensor, para descender.
- La posición en la que el barranquista se encontrará anclado a la instalación, no siempre será cómoda ni en situación de poca tensión de los cabos de anclaje. Deberá pues, en estos casos, liberar tensión de los cabos para poder desanclarse y comenzar a descender.
En los casos de encontrarse en tensión se procederá a liberar esta tensión de la siguiente forma:
- Recuperar cuerda, hasta ver que la tensión de la baga de anclaje disminuye.
- Desanclarse de la instalación y quedando suspendidos sólo por la cuerda (importante ser consciente que sólo nuestra mano nos está frenando) listos para rapelar.
- Rapelar con velocidad moderada y constante, adaptando la técnica del rápel al obstáculo a salvar.
La naturaleza es de por sí intrigante y misteriosa, llegando a ser incomprensible en ciertos momentos. En definitiva, está repleta de vida y es cambiante. Todo esto confiere a esta disciplina una dualidad característica, es saciante, divertida, y a la vez salvaje y arriesgada.
Así que, el equipo de Cuentatuviaje, te insta a que tomes todas las medidas de seguridad posibles en tus viajes a la montaña, y practiques tus deportes favoritos con el mínimo riesgo.
Buen viaje y buena suerte.