USO DE LAS RAQUETAS DE NIEVE |
RAQUETAS DE NIEVE Y ASPECTOS TÉCNICOS
Empieza el frío. Lo que para muchos significa recluirse en casa al lado de la calefacción es, sin embargo, para un reducido grupo de amantes de la montaña la ilusionante llegada de las primeras nieves.
Pero aunque las postales de valles y picos nevados son preciosas, todo aquel que lo haya intentado alguna vez sabrá lo difícil que es intentar andar sobre un metro de nieve y no acabar jadeando a los cinco minutos sin haber avanzado mas de veinte metros.
Un día de invierno, (hace ya mucho tiempo), caminábamos penosamente hacia el Refugio de Estós (Benasque), hundiéndonos a cada paso en la nieve, cuando de pronto nos adelantaron unos montañeros y vimos que iban provistos de unos “grandes pies”, de los que ya habíamos oído hablar antes y permitían avanzar por la nieve con mucha facilidad, eran unas "raquetas" (esto es broma).
A partir de ahí, gracias a las raquetas, la temporada de montaña continua cuando hace su aparición la nieve, y con ellas seguimos disfrutando de nuestras travesías por las montañas durante todo el invierno.
Para los que no se deslizan sobre esquís, la única salida aceptable son las raquetas. Aunque no son ni mucho menos un invento nuevo, han sufrido una evolución considerable desde que nuestros antepasados las usaran hechas de madera y piel, allá por la época de las cavernas.
Las raquetas de hoy en día, llevan fijaciones móviles que permiten al pie trabajar con libertad en las subidas y bloquearlo en las bajadas, cómo si de una fijación de travesía se tratara. También incorporan unas pequeñas puntas, que hacen la función de crampón (salvando las distancias) y algunas incluso incorporan sistemas de absorción de impactos al andar.
Pero lo realmente importante a la hora de elegir raquetas se resume en tres-cuatro aspectos básicos:
FIJACIÓN EN POSICIÓN DE ANDAR O POSICIÓN LIBRE
El tamaño de la raqueta se debe corresponder con el peso del usuario. Lógicamente, cuanto mas pequeña sea menos pesará y menos estorbará para andar, pero puede no servirnos para nada si no la elegimos adecuada a nuestro peso. Los materiales excesivamente ligeros suelen ser menos resistentes.
El tipo de fijación que incorpora deberá adaptarse a la bota que llevamos. Actualmente las opciones son similares a las de los crampones, es decir, fijación automática o de correas. Conviene no olvidar que para poder usar las fijaciones automáticas la bota debe tener rebajes en puntera y talón. Lo importante en todo caso es que la raqueta y la bota queden unidas firmemente y sin holguras, las de correas, que son las más interesantes, sirven para cualquier tipo de botas.
Es importante que la raqueta tenga algún tipo de punta o cuchilla metálica a lo largo del perfil de la misma y en la puntera, para proporcionar agarre en condiciones de nieve dura, pero es importante reseñar que estas puntas no son tan efectivas como un crampón de verdad, y se debe reservar su uso para nieve dura. En hielo la única opción válida son los crampones.
TÉCNICA
En cuanto al método de uso, realmente no es nada complicado. Hay que acostumbrarse a andar con unos “pies” más anchos de lo normal, e intentar no trabarse, levantando los pies un poco más.
En subidas y llaneos, la fijación en posición suelta es lo más recomendable. Hay modelos que incorporan un alza en el talón para subidas pronunciadas, pero aún así, las pendientes deberán afrontarse en zig-zag, la mayoría de las veces, o a la manera de los esquiadores de fondo (dirigiendo las puntas hacia el exterior) si es una subida corta. (Muy importante, compraros raquetas con alzas para el talón).
En bajadas o tramos delicados, es recomendable llevar la raqueta en posición fija, para evitar sustos y tener mayor control de los pasos que damos, lo que tenemos que eludir siempre los raqueteros, son las medias laderas, (da igual el tipo de nieve que tengan, pero si es helada no hay ni que intentarlo).
Un ejemplo, para subir a un collado con esquís, se avanza por la ladera progresando hasta llegar arriba, con raquetas, se camina por el fondo del valle hasta el final y desde allí se sube recto al collado.
Por último, los bastones son una parte imprescindible del equipo, a no ser que tengamos unos cuadriceps de caballo, y van íntimamente unidos a las raquetas, ya que nos permiten guardar el equilibrio y ayudarnos en la progresión, intentar que sean bastones telescópicos, es decir que tengan dos o tres tramos, eso nos hará más fácil su transporte y nos permitirá elegir la altura más conveniente, para cada ocasión, durante nuestra travesía.
Como curiosidad, comentar que existen raquetas extensibles y regulables que ofrecen más o menos superficie de flotación en función de la necesidad del momento o del peso del individuo; y para los fanáticos del deporte-sufrimiento, sabed que, sobre todo en los países nórdicos, se organizan carreras y maratones sobre nieve con raquetas… Para valientes solamente.
EQUIPAMIENTO PARA TRAVESÍA CON RAQUETAS
Raquetas: A ser posible con alza en el talón.
Bastones: Dos bastones telescópicos.
Mochila: Con capacidad, para ropa, agua y comida.
Ropa: Llevar siempre varias capas de ropa y no olvidar ni unos buenos guantes, ni gafas para el sol.
Botas: Intentar que sean con Gore-Tex y no olvidar unos buenos calcetines, para tener calientes los pies. Unas polainas, evitarán que entre la nieve en nuestras botas.
Piolet y Crampones: Necesarios para travesías de alta montaña.
TRAVESÍAS RECOMENDADAS PARA RAQUETEROS
Valle de Salazar:
Desde la Estación de esquí nórdico de Abodi, hasta el Monte Abodi.
Valle del Roncal:
Desde el Refugio de Belagua, recorrido por el Karst de Larra.
Valle de Ansó:
Desde el Refugio de Linza, a la cima del Lapaquiza de Linzola.
Valle de Echo:
Desde el Refugio de Gabardito, hasta el Puntal Alto de Foratón.
Desde la Selva de Oza, por Aguas Tuertas, al Ibón de Estanés.
Valle de Astún:
Desde la Estación de Esquí, por el Ibón de Truchas, al Lac de Chasterau (Midí d´ossau).
Valle de Tena:
Desde el aparcamiento antes del Puerto del Portalet, al Collado de La Fita. Desde el Ibón de Tramacastilla a la Mallata de Balsera.
Desde el Ibón de Tramacastilla a la Mallata de Balsera.
Valle de Ordesa:
Puente de los Navarros, Refugio de Bujaruelo, Valle de Otal.
Puente de los Navarros, Refugio de Bujaruelo, Valle de Ordiso.
Aparcamiento Pradera de Ordesa, Gradas de Soaso, Cola de Caballo.
Valle de Eriste:
Desde Eriste, hasta el Refugio Ángel Orús.
Valle de Benasque:
Desde el Camping Aneto, al Refugio de Estós.
Desde los Llanos del Hospital, al Forau de Aigualluts.
Valle de Boí:
Desde la Palanca de la Molina, al Refugio Estany Llong y su Lago.
Valle de la Bonaigua:
Desde la Estación de Esquí, por el Valle de Gerber al Estany de Gerber y Refugio Mataró.
Valle del Río Peguera:
Desde la localidad de Espot, por el Refugio J. M. Blanc, al Estany Negre.
Valle del Río Escrita:
Desde Espot, por el Lago San Mauricio, al Refugio de Amitges.
Siempre que vayáis a realizar una travesía por la montaña, en periodo invernal, avisar si podéis a alguna persona del Hotel, Camping, Apartamento o Refugio donde estéis, de la ruta que vais a realizar y la hora de vuelta prevista.
En la montaña en invierno, hay muchos riesgos, lagos cubiertos, cornisas, aludes, laderas heladas, ríos, etc... y sobre todo los cambios rápidos del tiempo. Intentar la tarde anterior a la travesía, estudiar el mapa de la zona y ver la predicción meteorológica.
Pues nada, con estos básicos consejos esperamos que disfrutéis de la montaña en invierno, y a ser posible nos escribáis algún relato de las travesías que realicéis.